"Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás." Juan 6:35

viernes, 24 de diciembre de 2010

“El Pecado es una Enfermedad Terrible”

Y la palabra de ellos carcomerá como gangrena:

de los cuales es Himeneo y Fileto.

II Timoteo 2.17


El otoño pasado yo me sentía cansado y necesitaba dormir más que lo normal. Yo ignoraba que había una enfermedad terrible que efectuaba su obra mortífera en mi cuerpo. Las células mortíferas del cáncer se estaban multiplicando a creces, formando un tumor y robándole a mi sangre las células sanguíneas rojas tan vigorizantes. En poco, me puse débil y anémico. Para enero, cuando descubrimos el cáncer, ya estaba progresando con gran rapidez. A menos que se tomaran medidas drásticas, la muerte sobrevendría, tal vez en pocos meses. Fui sometido a seis mese de quimioterapia. El informe del doctor indica que el cáncer ha quedado desarraigado.

Esta rápida propagación mortal ilustra un peligro espiritual que todos enfrentamos. Si permitimos que el pecado se multiplique en nuestras vidas, seguirá creciendo y nos debilitará espiritualmente. Podría comenzar como un inocente pecadillo: la falta de perdón, el enojo, la amargura o el amor a las cosas de este mundo. A menos que el pecado sea tratado, se convertirá en algo que necesita de medicamentos fuertes o nos causara la muerte espiritual segura.

Lo único que puede librarnos de la muerte espiritual es el arrepentimiento y la sangre de Jesucristo. Como el cáncer, mientras más permitimos que el pecado progrese en nuestras vidas, más dolor y sufrimiento se necesitará para nuestra sanidad. Pero, gracias a Dios! La sanidad es posible por medio de nuestro Señor Jesucristo.

-Paul Jantzi,

Milverton, Ontario

_______________

El cáncer del pecado, a menos que sea tratado,

causará muerte segura.


[Del Libro: Junto a Aguas de Reposo]