"Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás." Juan 6:35

domingo, 4 de abril de 2010

"DESARROLLAR EL CARÁCTER DE NUESTROS HIJOS Y SU LLAMAMIENTO."

Hno. Estuardo García-Salas

Domingo 4 de Abril


Mar. 1:19-20 “Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron.”

En este pasaje vemos cuando el Señor llama a dos hermanos: Jacobo y Juan.

El escogió de entre los doce discípulos, a tres parejas de hermanos. La mitad de los discípulos eran hermanos de carne… eran hermanos del mismo apellido.

A lo largo de toda la Biblia, encontramos a muchas parejas de hermanos, y veremos a algunos de ellos, porque ya sea positiva o negativamente, tenemos lecciones importantes que aprender de ellos.

· ISMAEL E ISAAC: “La burla.”

Todos conocemos la historia de estos hermanos, quienes no tenían una buena amistad.

Apliquemos esta historia a nuestras vidas, si somos el hermano mayor: ¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO CON NUESTROS HERMANOS MENORES? ¿LES ESTAMOS AYUDANDO O NOS ESTAMOS BURLANDO DE ELLOS?

Y algo importante, como padres, ¿ESTAMOS ESTORBANDO A NUESTROS HIJOS PARA ERRADICAR LA BURLA?

Siempre recordemos que todo aquello que sembremos, eso mismo cosecharemos para nuestras vidas.

· JACOB Y ESAÚ: “El odio.”

Algo realmente impactante de esta historia, es que a pesar del paso de los años, Esaú jamás abandono el odio que sentía por su hermano Jacob, a pesar de que tuvieron un encuentro pacífico y que en general fue un buen paso para la restauración de su relación.

Debemos tener mucho cuidado con esta área, ya que es algo sumamente difícil de superar.

Si permitimos la burla en nuestra casa, habrá odio, ya que ambas cosas van de la mano.

· LOS HIJOS DE JACOB: “La envidia”

A través de esta historia, podemos ver que los hijos de Jacob tenían envidia en sus corazones, envidia contra José. Este también es un fruto de la carne que mata rápidamente el amor entre los hermanos.

Pero los hijos hacen lo que ven de los padres, así que como padres tenemos que amar a nuestro cónyuge, respetarlo, no burlarnos entre nosotros, y no tener envidia.

SI LOS HIJOS DESARROLLAN ESTAS COSAS EN SU CORAZÓN, JAMÁS VAN A SER LLAMADOS AL MINISTERIO.


Ahora veamos una pareja de hermanos que nos dejan enseñanzas positivas…

· JACOBO Y JUAN:

Mat. 20:20-21 “Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.”

La madre de Juan pidió tal cosa, porque sus hijos siempre estaban juntos, tenían una buena relación, y no se estaban peleando, ni tenían nada el uno en contra del otro, es por eso que ella le pide al Señor que ellos estén juntos, también en Su reino.

Mar. 3:17 “…a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno.”

Aquí vemos que tanto Jacobo como Juan tenían el mismo carácter.

Ambos tenían carácter fuerte, pero ese carácter no era en contra de ellos mismos, sino que de ellos hacia los demás. Aquí aprendemos algo importante, tenemos que tratar con el carácter de los hijos.

Luc. 9:54-56 “Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.”

Ellos tenían otro espíritu, tenían otra visión, algo así como que ellos querían ser servidos porque eran siervos del Mesías…

¿QUÉ ESPÍRITU ESTAMOS DESARROLLANDO EN LOS HIJOS?

¿UN ESPÍRITU HUMILDE O EL ESPÍRITU QUE TENÍAN AL PRINCIPIO ESTOS HOMBRES?

Con los hijos tenemos que tratar unas áreas importantes que las vemos en la vida de Jacobo y Juan, y estas son que los dos eran muy trabajadores, y ellos estaban sujetos a su padre, trabajaban con él. Que importante es que como padres, trabajemos con los hijos, y que les enseñemos responsabilidad, mas sin embargo para algunos padres es molesto pasar tiempo con sus hijos. ¡Que no seamos así!

2Tes. 3:6-15 “Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien. Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. Más no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.”

Los padres tenemos que enseñar a los hijos a trabajar, tenemos que cultivar esta virtud en ellos, recordemos que el Señor no llamó a ningún haragán para estar a su servicio, el llamó a gente trabajadora y diligente.

Caín y Abel, fueron dos hermanos contrarios a lo que vimos de Jacobo y Juan…

Gen. 4:3-8 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.”

Caín ofreció la ofrenda a su propia manera, y Dios no lo vio con agrado, pero Abel la ofreció a la manera de Dios y Dios se agradó de él.

Esto no era motivo para que Caín se ensañara en contra de su hermano, ya que él también tenía la oportunidad de agradar a Dios, haciendo todo según Su voluntad.

Podemos ver que Caín fue el fruto de la carne mientras que Abel fue el fruto del amor de Dios.

Pero el señor trató con Caín, él se acercó a él para preguntarle, y le dice dos cosas muy interesantes:

SI HACES BIEN, ¿NO SERÁS PREMIADO?

SI HACES MAL, EL PECADO ESTÁ A LA PUERTA…

Stgo. 1:14-15 “Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.”

Vemos aquí que cada uno es tentado de su propio corazón, Caín fue tentado y dio a luz la muerte: mató a su hermano.

La concupiscencia abarca todos y cada uno de los placeres de este mundo.

Caín únicamente tenía que arrepentirse genuinamente delante de Dios por su pecado, y nosotros, como hijos, no busquemos salidas erróneas, tenemos que ir a nuestros líderes para que nos muestren el camino, el camino es fácil, Caín solo tenía que hacer las cosas a la manera de Dios, e incluso lo podía haber aprendido de su hermano.

¿POR QUÉ MATÓ CAÍN A SU HERMANO?

1 Jn. 3:10-12 “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.”

Si no amamos a nuestros hermanos, no somos verdaderos hijos de Dios, Caín amaba lo malo, y el resultado fue que desarrollo odio contra su hermano.

El odio no se desarrolla de la noche a la mañana, sino que es un camino que se desea y se decide seguir.

Tenemos que ser diligentes como padres en ver las actitudes y las malas obras de los hijos, y debemos corregirlos desde temprano. Como Padres NO tenemos que tener el error de tener hijos preferidos, ya que esa es causa de mal entre los propios hijos.

¿CÓMO ANDAMOS NOSOTROS HOY?

Dios nos está hablando, tanto a los niños como a los padres: ¿Cómo estamos con nuestros hermanos? ¿Cómo andamos con nuestro cónyuge, tenemos un frente común? ¿Cómo andamos con nuestros hijos?

Efe. 5:14-17 “Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.”

Si tenemos los errores que hemos visto anteriormente, el Señor nos quiere cambiar, tenemos que desarrollar en nosotros una vida de compasión, para que podamos perdonar a los demás, tenemos que portarnos como sabios y no como necios y tenemos que buscar la voluntad de Dios para los de nuestra casa.

¿QUE PADRE NO ANHELA QUE SUS HIJOS SIRVAN A DIOS?

¡Que nuestro anhelo sea preparar a los hijos para que sirvan al Señor, pidamos perdón a los hermanos, a los hijos, a los padres y vivamos una vida de amor, para que el Señor nos use en el ministerio!

“Gracia oh Dios, para entregarte mi ser, gracia oh Dios, y a Tu reposo entrare, gracia, diaria Señor, para amarte más y más.”