"Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás." Juan 6:35

domingo, 2 de mayo de 2010

"UNA CARGA DEL CORAZÓN DE DIOS."

Hno. Oscar Ríos

02/05/10


Algo que como creyentes debemos hacer, es aprender a expresarle nuestro corazón a Dios.

Ana empezó a derramar su corazón delante del Señor, al punto que el mismo sacerdote le dijo: “digiere tu vino”, pero ella solo estaba derramando su corazón para con el Señor.

Debemos clamar al Señor con todo nuestro corazón, según sea nuestra necesidad.

Rom. 11:32 “Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”

Aquí está diciendo que el Señor sujeto colectivamente a todos, para mostrar Su misericordia. Pablo que sabia y conocía el corazón del Señor, clama acerca de la profundidad de los pensamientos y planes perfectos de Dios y acerca de Su incomprensible forma de pensar, hablando de que Dios se deleita en ser misericordioso y en mostrar Su gloria a Su pueblo.

Exo. 33:18-23 “El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”

Dios explica que ningún hombre puede verle y vivir, mas sin embargo, nosotros sabemos que Moisés veía a Dios cara a cara, aunque en este pasaje, Dios solamente le muestra Su espalda.

Exo. 34:6-7 “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.”

La palabra repetitiva aquí en este pasaje es: “misericordia, misericordioso” y manifiesta cual es esa misericordia: el perdón a la iniquidad, la rebelión y al pecado.

Moisés sabía que si el hombre no se cobijaba bajo la misericordia de Dios, terminaría bajo la ira de Dios, a pesar que de Dios es amplio en misericordia.

Ahora, quiero hacerles una pregunta, y que pensemos acerca de eso… ¿Porque Dios no mostro Su rostro a Moisés, sino Su espalda?

Yo pienso que Dios quería mostrarle a Moisés, la carga que había en El; la espalda es el lugar donde se lleva la carga, y Dios la estaba mostrando a Moisés, y la carga que Dios quiere mostrarnos a nosotros hoy, es que llevemos y mostremos Su misericordia a los millares y millares de personas que aún no lo conocen. Dios ha mostrado esa carga desde el inicio de nuestras vidas, y por eso ha mostrado Su nombre que es Misericordioso.

Pensemos por un momento en nuestro pasado, y veamos de donde nos ha sacado el Señor. Eso hará que conozcamos su inminente misericordia para nuestras vidas. Aleluya.

La misericordia de Dios tiene un requisito: el arrepentimiento.

2 Pe. 3:9 “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”

Dios es paciente para con nosotros y no quiere que nadie perezca, sino que todos vengan a Él, en arrepentimiento. PERO ES NECESARIO QUE EL HOMBRE SE ARREPIENTA DE SUS PECADOS.

Mat. 9:10-13 “Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.”

Jesús quería que ellos aprendieran que significaba “misericordia quiero y no sacrificios”, y esto es algo que nosotros debemos aprender, que Dios quiere y anhela el arrepentimiento y salvación de los pecadores.

1 Cor. 15:21-22 “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.”

La muerte de Jesús fue poderosa, más fuerte que el pecado de Adán, y de allí es donde cada uno de nosotros nacimos muertos en pecado. Ahora, con la muerte del Señor, y Su victoria en la cruz, podemos tener vida, pero es necesario anhelar esa vida, y que se la pidamos a El, para poder estar vivos en Cristo.

Dios esta con sus brazos abiertos para dar vida, porque es misericordioso, pero lo que impide al Señor hacer esa obra, es la ingratitud del corazón humano, por eso debemos enfatizar la gran misericordia de Dios, y estar alertas para que al ver a alguien necesitado, lo veamos como un candidato para recibir esa misericordia….

Esto es lo que quiero hablarles esta mañana… a veces miramos el camino del Señor como algo difícil y que es solo para unos pocos, así es como muchos piensan, que el nuevo nacimiento es solo para esos pocos, porque casi nadie cumple los “requisitos”. Mas sin embargo, Dios quiere que todos procedan al arrepentimiento, pero nosotros, debemos mostrarles el camino a los pecadores, y hablarles de Su misericordia.

¿CUANTOS HEMOS VISTO LA MANO MISERICORDIOSA DE DIOS SOBRE NUESTRAS VIDAS?

Dios no es un Dios duro, sino que está presto a ayudarnos y auxiliarnos a cada uno de nosotros, Él es un buen Padre. Debemos aprender a verlo en cada cosa y detalle de nuestras vidas, por pequeño que sea, porque de lo contrario, llegaremos a considerarlo un Dios duro. Cuando lo veamos de esa manera, estaremos listos para llevar ese mensaje de misericordia aun al hombre más pecador.

Luc. 18:9-11 “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano.”

El fariseo de esta parábola se consideraba justo, y eso está bien, pero el problema era que menospreciaba a otros. Gloria a Dios si somos justos por Su misericordia, pero no debemos manifestar esa actitud, porque la misericordia de Dios se extiende aun para publicanos y pecadores

Luc. 18:15 “Traían a él los niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendieron.”

Ahora aquí en este pasaje, los discípulos mismos están siendo selectivos con las personas que querían acercarse al Señor, no dejando llegar a los niños. Estaban mostrando la misma actitud que el fariseo mostro hacia el publicano. La misericordia de Dios llega y se extiende también a los niños, por eso no debemos menospreciarlos.

Nosotros siempre creemos en la efectividad del ministerio de Jesús, pero El dejo casos en la Biblia, para que seamos animados, porque muchas veces, después de compartir el mensaje de Dios con nuestros cercanos, quedamos desanimados y cabizbajos.

Luc. 18:18-23 “Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios. Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre. Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico.”

Este hombre después de oír a Jesús, decide no acceder a lo que Él le pidió… y esto es lo que nos sucede a nosotros también con algunos de aquellos a quienes evangelizamos. Mas sin embargo, Jesús mismo experimentó ese rechazo, y hasta podríamos decir que “fracaso” con ese hombre rico. Esto debe animar nuestros corazones.

Luc. 18:35-43 “Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.”

También suceden cosas como la de este pasaje, algo totalmente contrario a la historia pasada, donde vemos la reacción positiva de las vidas hacia Dios, y esto sin duda que trae contentamiento, pero lo importante es que TODA la gente necesitada, debe escuchar el mensaje de la misericordia de Dios hacia la humanidad. No importando si son personas importantes, ricas, pobres, mendigos, etc… TODAS deben escuchar que Dios es un Dios de misericordia, y que quiere el arrepentimiento para cada vida.

Luc. 19:5-10 “Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”

En esta historia, también encontramos a personas menospreciando y rechazando a Zaqueo, debido a su condición de pecador, pero Zaqueo también recibió el mensaje de la misericordia de Dios.

¿CUÁNTOS DE NOSOTROS SOMOS SELECTIVOS Y RECHAZAMOS A CIERTAS PERSONAS?

¿CUÁNTOS DE NOSOTROS TENEMOS UNA CARGA DE ORACIÓN POR LOS PECADORES?

Este es un tiempo de gran necesidad, ya que los hombres están buscando respuestas, pero aun así, lamentablemente, nosotros estamos callando nuestras bocas.

Luc. 19:9 “Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.”

Zaqueo también era hijo de Abraham. Por eso no es tiempo de ser selectivos ni de rechazar a algunos debido a su condición. Si empezamos a llevar esa carga en nuestros corazones, veremos como la gloria de Dios se empezara a manifestar muy pronto en medio nuestro.

Luc. 19:11-21 “Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.”

¿Hemos pensado que Su reino se manifestara de inmediato? Estamos a las puertas de la venida del Señor, pero muchas veces, por pensar que Su reino se manifestara muy pronto, perdemos de vista la necesidad que hay de predicar a los perdidos.

El hombre noble de esta parábola, les ordenó a sus siervos negociar mientras el regresaba, su regreso iba a ser próximo, mas sin embargo, les envió a negociar. Dos de los siervos obedecieron, y ganaron bienes para su amo, más uno no acciono, y ese siervo fue llamado infiel.

Esto es lo que quiero enfatizar una vez más con ustedes: aunque la venida de Dios este ya a las puertas, debemos ir y proclamar la misericordia de Dios, aún hay tiempo mientras El demore su venida.

¿SEREMOS SIERVOS FIELES O SIERVOS INÚTILES?

Luc. 19:22-26 “Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.”

Si el Señor nos ha dado un testimonio, si el Señor nos ha dado un talento, debemos ponerlo a trabajar inmediatamente, debemos ponernos a trabajar con las almas perdidas, debemos renovar ese deseo de que almas sean alcanzadas para que entren al Reino de Dios. Para esto, no debemos ser personas de gran conocimiento bíblico, porque a los necesitados aun lo amargo les sabe dulce.

¿CUANTOS HAMBRIENTOS HAY A NUESTRO ALREDEDOR?

El error del siervo infiel, fue que tuvo TEMOR de su amo, y eso es lo que el enemigo quiere hacer hoy en día: llenar a los cristianos de temor, haciéndolos sentir incapaces y haciéndolos sentir que no tienen nada para compartir con otros. Pero si nosotros nos callamos, seremos llamados infieles, e incluso aquello que hemos recibido, nos será quitado.

El evangelio es sencillo, no necesitamos de grandes verdades para hacer llegar el mensaje de que existe un Dios misericordioso. Dios quiere que tengamos un interés genuino y una carga por las almas perdidas.

Dios quiere que todos sepan que Él es bueno y misericordioso, no un Dios duro, y que si será duro, será para aquellos que hayan rechazado ese mensaje.

¿RESPONDEREMOS A ESTA CARGA QUE DIOS NOS HA DADO?

Dios quiere que renovemos nuestra carga para alcanzar a las almas perdidas, y quiere que le prestemos nuestras bocas para testificar de Su misericordia.


“Que yo sea Su mano extendida, y al oprimido alcanzare, que yo pueda tocar a Cristo, para que otros reciban bendición.” “Pon carga en mi corazón, que ame al pecador, que sea yo un instrumento fiel, para que él llegue a Ti.”