"Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás." Juan 6:35

sábado, 1 de mayo de 2010

"LA SEMANA REDENTORA"

Hno. Ruben Coj

29/04/10


Quiero que veamos hermanos, algo acerca de la semana redentora…

Hoy en día estamos viviendo en una crisis donde vemos mucha apostasía, mucha gente confundida, y donde vemos también al pueblo de Dios buscando respuestas.

En la Biblia, vemos siete días en la creación, siete hombres de fe en Hebreos, siete fiestas y siete pasos en el tabernáculo, que son siete pasos que nos llevaran a cada uno de nosotros a la perfección.

Quiero que iniciemos leyendo…

Efe. 4:11-15 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.”

Aquí encontramos descritos los cinco ministerios, y los ministerios son para llevarnos a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, ese es el fin de la caminata. Debemos saber que la caminata del cristiano no solo es ir al cielo, sino que algo más que eso, debemos saberlo y hoy solo queremos ver los primeros dos pasos en ese crecimiento, los dos primeros días de la creación.

Gen. 1:1-5 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.”

Este pasaje es reflejado cuando la luz del evangelio llega a nuestros corazones, dice que el Espíritu de Dios se movía, porque es una decisión del Señor, el darnos la oportunidad de que la luz entre en nosotros. El espíritu de arrepentimiento es el que convence a las vidas de pecado, pero muchas veces nosotros vacunamos a la gente contra el evangelio porque nosotros mismos tratamos de convencer a las personas de su pecado, pero lo único que conseguimos es que se cierren.

Debemos recordar que solo el Espíritu de Dios puede convencernos de pecado. ¡El Señor es quien inicia la obra en nosotros!

2 Cor. 4:4-6 “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.”

La orden de Dios, de hacer resplandecer Su luz en medio de nuestras tinieblas, es lo que inicia nuestra caminata como creyentes. Nuestros hijos aunque hayan nacido en un hogar cristiano, también deben nacer de nuevo. Sobre ellos también tiene que venir esta experiencia, ya que nacer en un hogar cristiano, no los hace ser cristianos: el nacer de nuevo es indispensable.

En este mundo se tiene que levantar una nueva generación, una generación que conozca a Dios, y esta generación debiera ser nuestros hijos, por eso es importante que los preparemos.

Como dijimos anteriormente, esto también tiene que ver con las fiestas de Jehová…

1 Cor. 5:7-8 “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.”

La juventud de hoy está atrapada en Egipto, el Cordero de Dios tiene que ser revelado a sus vidas, cada uno de ellos tienen que pasar la frontera del reino de las tinieblas hacia el Reino de la Luz.

Estas personas tienen que celebrar su pascua y salir de Egipto; y esto es por medio del bautismo en agua, este bautismo es el que nos saca de las fronteras de Egipto, y nos hace libres. Tenemos que tomar esa decisión, ya que muchas veces por no tomar esa decisión vivimos en luchas constantes contra el enemigo, pero con suma razón: es porque todavía estamos en las fronteras del enemigo.

2 Tim. 1:5 “trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.”

2 Tim. 3:15 “…y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.”

¡Que bendición es que nosotros enseñemos a los niños las Escrituras! Según las estadísticas, los grandes hombres de Dios han sido instruidos desde pequeños en los caminos de Dios. Tenemos que orar por los pequeños, para que ellos en su niñez busquen al Señor, y cuando sean grandes, serán grandes hombres de Dios. Es más fácil evangelizar a los niños, porque ellos tienen más confianza en las palabras que los jóvenes o adultos, aprovechemos entonces que los niños responden muy fácil a la presencia de Dios.

­­­­­­Pero hay algo más que debe cumplirse en el día uno de nuestra caminata con Cristo…

Gen. 1:4 “Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.”

2 Cor. 6:14 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?”

Esto está hablando acerca de la comunión con los incrédulos, no necesariamente significa casarse con un incrédulo, si no que tenemos que hacer separación entre nuestras amistades, debemos dejar las amistades del mundo y hacer amistades en la iglesia, entre el cuerpo de Cristo.

Debemos enseñar a nuestros jóvenes esta verdad, ya que si no dejan el compañerismo con los impíos seguirán teniendo problemas innecesarios y no crecerán en su vida espiritual.

También vemos que nuestras obras producen tinieblas en nosotros…

Efe. 5:3-8 “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.”

­­­­­­­­­­­­­También nuestro trato hacia los hermanos nos trae luz o tinieblas. Algo que nos debe preocupar es tener algo contra los hermanos, porque cuando hay pleitos entre hermanos, la presencia de Dios se aleja de nosotros, y no podemos acercarnos a Él mientras no hayamos solucionado eso previamente.

1 Jn. 2:9 “El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.”

Solo en la presencia de Dios podemos hacer esta separación. La clave para hacer la separación entre la luz y las tinieblas, nos la da el salmista…

Sal. 36:9 “Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.”

Ahora, en el tabernáculo el primer paso es la puerta y quiero que veamos quien es esa puerta y que enseñanza nos deja…

Jn. 10:9 “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.”

Dios mismo es la Puerta por donde debemos entrar. En el tabernáculo, la puerta era color azul y esto también nos habla de algo en específico…

Núm. 15:37-40 “Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis. Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios.”

Vemos en este pasaje, que el color azul, nos habla acerca de recordar los mandamientos del Señor, para que los ejercitemos y pongamos por obra, para ser santos delante de Él.

Ahora quiero que veamos algo del día número dos de la creación...

Gen. 1:6-8 “Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.”

El día dos tiene que ver con la separación de las aguas, esto lo podemos entender más cuando estudiamos la segunda fiesta, la fiesta de los panes sin levadura.

1 Cor 5:8 “Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.”

Mat. 16:6 “Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.”

Cristo nos explica que es la levadura , vemos que el pan con levadura es la doctrina con error, mientras que el pan sin levadura es todo lo contrario.

Veamos algunas razones por las que debemos tener doctrina pura:

Jn. 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

1 Jn. 4:6 “Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.”

· Así como la verdad es una persona, el Señor Jesucristo; el error también es un ser espiritual. La herejía es una obra de la carne (Gal 5:19-20), por lo tanto, aquellos que practican la herejía no heredaran el Reino de Dios. Si pensamos en José, podemos ver que el sí heredó el Reino, porque el venció los apetitos de la carne, el venció a su carne cuando se le presentó la ocasión con la esposa de Potifar.

· También debemos tener doctrina pura porque la verdad nos liberta, más el error nos ata. Muchos buscan el ministerio de sanidad porque quieren ser librados de algo, pero lo que necesitan es escuchar acerca de la Verdad, ya que si recibimos un amor por la verdad seremos libertados.

Veamos también algunas claves para hacer esta separación:

· Debemos entender que solo el cielo puede hacer la separación, nuestro conocimiento espiritual no nos libertará.

· También debemos permitir que nuestra hambre por el Señor crezca, porque cuando amamos algo, hacemos tiempo para aprender acerca de ello, que así mismo sea con el Señor, que demos nuestro tiempo para amarlo más y más.

· Para recibir más pan sin levadura, tenemos que obedecer la verdad que ya nos ha sido dada, el Señor no nos dará más si no obedecemos todo aquello que ya nos ha dicho, Él no tiene por qué darnos más, ya que es misericordia porque nos hace más responsables porque sabemos la verdad pero no lo hacemos. ¡Qué responsabilidad es saber la verdad, porque al que más se le da, más se le exige!

El segundo paso en el tabernáculo es la fuente de bronce. En el ministerio diario del sacerdote, él iba a la fuente para lavarse las manos, antes de acercarse al altar, y si él no se lavaba, el moría.

Por eso una de las razones por las cuales muchos están muriendo hoy en día, es porque no se están acercando a la Fuente.

Un detalle importante, era que esa fuente del tabernáculo era hecha de espejos, donde el sacerdote podía verse…

Stgo. 1:22-25 “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.”

El sacerdote cada día podía verse en los espejos, el veía sus manchas, pero también tenía la provisión para quitarse esas manchas.

La Fuente nos da esperanza, porque no solo nos muestra lo que somos sino que nos lava. ¡Que Dios de esperanza el que tenemos, no importa cuál sea nuestra mancha, la fuente nos está esperando!


"La sangre de Jesús, compro tu libertad, prisionero de esperanza, el Cordero te redimió, vendrá el acusador, pero Cristo ya venció, ven lávate en la sangre de Jesús."