"Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás." Juan 6:35

lunes, 22 de marzo de 2010

¿TE ESTAS SOMETIENDO AL CAUTIVERIO?

Hno. José Ordoñez

Domingo 21/03/10


Como cristianos, debemos tener un amor por la Biblia, la palabra de Dios. De lo contrario, el Señor no tendrá interés en hablarnos. La Biblia es una de las principales formas en que Dios nos habla.

Hoy veremos qué es lo que Dios está esperando de sus hijos….

Miq.4:6-7 “En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre.”

Aquí vemos el propósito de Dios, cuando nos somete a sus tratos, disciplinas. Dios ha metido a Su pueblo en estos tiempos a disciplinas y tratos. Este pasaje muestra cual es el final de los tratos del Señor para nuestras vidas, será un final bendecido.

Jer.30:24 “No se calmará el ardor de la ira de Jehová, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón; en el fin de los días entenderéis esto.”

Aquí vemos la relevancia del libro entero de Jeremías, y el cumplimiento en la época exacta, durante la vida de Jeremías, pero el mensajes es primordialmente para el fin de los tiempos…. ese mensaje es para nuestros días… “para quienes han alcanzado los fines de los tiempos”

Por eso es menester entender este mensaje, para saber qué es lo que Dios quiere y espera de nosotros.

Solo los verdaderos hijos de Dios, pasan por tratos y disciplinas… los de Moab no, porque son hijos ilegítimos.

Veremos este mensaje desde el punto de vista de los hijos verdaderos de Dios:

Jer. 24:1-6 “Después de haber transportado Nabucodonosor rey de Babilonia a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, a los príncipes de Judá y los artesanos y herreros de Jerusalén, y haberlos llevado a Babilonia, me mostró Jehová dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová. Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que de malos no se podían comer. Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré.”

Dios le da esta revelación a Jeremías, y es algo que pudiera ser totalmente contrario a la mentalidad humana: cautiverio, privación de libertades, de derechos, etc… pero a aquellos que se sometieran al cautiverio, el Señor los consideraría hijos buenos, higos buenos, y esos tratos les serian de bendición.

Hay un resultado para los que dicen: “Si, Señor….” cuando son metidos al cautiverio.

El resultado es que estas personas recibirían la bendición del Señor.

¿CONSIDERAMOS UNA BENDICIÓN EL CAUTIVERIO?

¿COMO PADRES DE NUESTROS HIJOS, METERÍAMOS A NUESTROS HIJOS A PRUEBAS Y DISCIPLINAS, PARA SU PROPIO BIEN?

….exactamente ese es el corazón del Señor, y Su propósito es edificarnos.

¿HEMOS CLAMADO ALGUNA VEZ EN NUESTRO CORAZÓN, POR PODER CONOCER AL SEÑOR?

Aquí, en el cautiverio, lo conoceremos, a través de los tratos y disciplinas. El Señor se mostrara a sus hijos de una manera cada vez más profunda.

3 cosas que el Señor hace cuando nos rendimos humildemente en medio de los valles:

· Somos bendecidos

· Somos edificados

· Lo conocemos de una forma más preciosa

El cautiverio y sus frutos:

Jer. 27:2-8 “Jehová me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu cuello; y los enviarás al rey de Edom, y al rey de Moab, y al rey de los hijos de Amón, y al rey de Tiro, y al rey de Sidón, por mano de los mensajeros que vienen a Jerusalén a Sedequías rey de Judá. Y les mandarás que digan a sus señores: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Así habéis de decir a vuestros señores: Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise. Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan. Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra, y la reduzcan a servidumbre muchas naciones y grandes reyes. Y a la nación y al reino que no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, castigaré a tal nación con espada y con hambre y con pestilencia, dice Jehová, hasta que la acabe yo por su mano.”

En este pasaje, Dios llama a Nabucodonosor, su siervo, y decreta que él será puesto sobre todas las naciones, y que el reinara, y Dios indica que maldecirá a toda aquella nación que no se someta a ese cautiverio.

Solo Judá, salió de entre todas esas naciones, conociendo a su Dios, porque se sometieron al cautiverio de Nabucodonosor. Hubo cautiverio para muchas naciones: Edom, Moab, Amón, etc… pero el Señor únicamente se mostró a Judá, en medio de esas calamidades.

¿ESTÁN ABIERTOS NUESTROS OJOS, PARA VER LOS “NABUCODONOSORES” QUE DIOS ESTÁ USANDO PARA SOMETERNOS A CAUTIVERIO?

Job no puso sus ojos en Satanás, al verse lleno de calamidades, sino que él, con paz en su corazón, pudo reconocer a Dios en medio de su cautiverio, y se sometió a las aflicciones con humildad.

¿QUÉ TIPO DE AFLICCIONES Y CAUTIVIDADES ESTAS SOPORTANDO TÚ?

¿QUIÉN TE LAS ESTÁ PROVOCANDO?

No anulemos nuestra vista tratando de buscar responsables, reconozcamos que es Dios quien nos manda la aflicción, y de esa manera, poniendo nuestra mirada en El, no miraremos las circunstancias y eso hará que confiemos en el Señor, y salgamos del cautiverio, en Su tiempo perfecto.

El mensaje de Jeremías era distinto al mensaje de todos los profetas falsos de Israel… ya que los demás profetizaban bendiciones, mas Jeremías hablaba de cautiverio…

Jer. 29:11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”

Dios tiene sus propios pensamientos, pensamientos que nosotros no podemos comprender, por eso es que muchas veces no entendemos que el meternos a cautiverio es para nuestro bien.

Si vemos el contexto de este pasaje, entenderemos este verso…

Jer. 29:4-6 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia: Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos. Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis.”

Este es el mensaje de Dios para los transportados bajo cautiverio… que se establezcan en Babilonia, y que miren a futuro lejano, porque allí es donde Dios los había puesto.

Jeremías les indica esto al pueblo, porque estarían allí por mucho tiempo…

Jer. 29:10 “Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar.”

Durante 70 largos años estarían cautivos, por eso el Señor los manda a edificar casas y a reproducirse, y luego, al final de ese periodo, el Señor los haría volver de Babilonia.

…y ahora si, finalmente viene el verso 11:

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”

El Señor nos dice que nos sometamos al cautiverio, que lo aceptemos de Su mano, y solo de esa manera sabremos que sus pensamientos son de bien, de paz, de bendición y de prosperidad.

Después de que hayamos sufrido por un tiempo, conoceremos a este Dios bueno a quien servimos, el Dios que quiere revelarse a nosotros de una manera más profunda.

Jer. 29:8-9 “Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos; ni atendáis a los sueños que soñáis. Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié, ha dicho Jehová.

Cualquier mensaje contrario al cautiverio de Dios y al mensaje de la cruz, es un mensaje falso, que no proviene del corazón de Dios. Por lo tanto no prestemos atención a esos mensajes.

El resultado de no someterse al cautiverio:

Jer. 29:16-19 “Pero así ha dicho Jehová acerca del rey que está sentado sobre el trono de David, y de todo el pueblo que mora en esta ciudad, de vuestros hermanos que no salieron con vosotros en cautiverio; así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí envío yo contra ellos espada, hambre y pestilencia, y los pondré como los higos malos, que de tan malos no se pueden comer. Los perseguiré con espada, con hambre y con pestilencia, y los daré por escarnio a todos los reinos de la tierra, por maldición y por espanto, y por burla y por afrenta para todas las naciones entre las cuales los he arrojado; por cuanto no oyeron mis palabras, dice Jehová, que les envié por mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar; y no habéis escuchado, dice Jehová.”

Esto es lo que hará Dios con aquellos que no se someten al cautiverio. Más claro no puede hablarnos el Señor. Esta delante de nosotros la visión de los higos buenos, que escogen el cautiverio, y los higos malos que son los que rehúsan Su palabra, y rechazan el cautiverio… ellos serán destruidos.

¿QUE ESCOGEREMOS?

¿LA COMODIDAD SIN LOS TRATOS DE DIOS?

El final de este camino es destrucción. Aquello que parece ausencia de problemas, tiene como final la muerte, una muerte sin Dios.

Dios tiene un camino mejor para sus hijos: EL CAUTIVERIO.

El plan para los que escogen el cautiverio:

Jer. 29:12-14 “Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.”

Esto es lo que Dios promete a aquellos que se sometan al cautiverio: hallaremos Su presencia, y Dios nos hará volver de nuestro cautiverio.

La cautividad tiene un punto final… es algo que el Señor nos asegura, no durara para siempre.. no para siempre será afligido el pueblo de Dios. El final de la cautividad llegara cuando busquemos a Dios.

¿QUIENES PODRÁN DECIR QUE HAN HALLADO A DIOS?!

Solamente aquellos que han pasado por el cautiverio. Aquí vemos que Dios quiere abrirnos las puertas de su presencia y quiere hacerse disponible a nosotros, pero para eso, El busca a aquellos humildes que se sometieron, y a ellos, Él se muestra.

¡No esperemos a estar en problemas para empezar a buscar al Señor. Hagámoslo siempre y de corazón!

Jer. 30:17 “Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda.”

El Señor traerá sanidad a todos aquellos que estuvieron en cautiverio, y serán bendecidos grandemente, y de sus bocas saldrá acción de gracias.

La acción de gracias es un resultado, de experimentar la liberación de las pruebas, y llega como fruto del final del cautiverio.

Job 35:10 “Y ninguno dice: ¿Dónde está Dios mi Hacedor, que da cánticos en la noche.”

Dios es quien pone canticos en nosotros en medio de la noche, en medio de las aflicciones. Canticos que vienen a nosotros, después de experimentar la liberación, estos serán canticos con un significado profundo para nuestras vidas.

Sal. 42:8 “Pero de día mandará Jehová su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida.”

David decía esto, como resultado de la liberación por parte de Dios, en medio de su cautiverio…

¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO EN NUESTRAS VIDAS EN MEDIO DEL CAUTIVERIO?

¿ESTÁ SURGIENDO UN CLAMOR, UNA ORACION HACIA DIOS?!

Dios quiere darnos en medio del cautiverio un cantico, que NO surge en ningún otro lado, sino únicamente en el CAUTIVERIO.

“Oh Señor, clamamos ante Ti, pues grande es nuestra cautividad, nuestras lagrimas corren como rio, derramando nuestro corazón. Si no vuelves nuestra cautividad, la niña de Tus ojos morirá, haz Tu obra en Jerusalén, para gloria de Tu nombre será.”

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